Por Matt Lavietes – NBC News
Varios estudiantes han destrozado una y otra vez carteles del Orgullo Gay en la escuela secundaria donde estudia Spencer Lyst, en el condado de Williamson, Tennessee. Los maestros se han saltado los temas LGBTQ en los libros de texto de clase. A los niños trans en su estado se les ha prohibido legalmente competir en equipos deportivos escolares que se alineen con su identidad de género. Los padres han pedido a los funcionarios escolares que eliminen los libros sobre orientación sexual e identidad de género del plan de estudios de primaria del condado. Y mientras dirigía el club de Pride (Orgullo gay) de su escuela en un desfile de devuelta a clases en septiembre, Lyst y otros estudiantes LGBTQ fueron abucheados por un grupo de padres.
“Estoy tan acostumbrado, pero no debería ser algo en lo que debería estar pensando”, dijo Lyst, de 16 años, sobre la sensación casi constante de ser atacado en su escuela debido a su identidad.
Incluso dijo que es “difícil” entrar al baño allí por temor a qué o quién “pudiera estar allí”. “Es como que, ¿puedo ir al baño o me van a odiar solo por existir?” él dijo.
La experiencia escolar de Lyst está muy lejos de ser un caso aislado.
Desde el comienzo del año escolar, funcionarios de educación en estados de todo el país han prohibido libros sobre experiencias gay y trans, eliminado carteles y banderas de temas LGBTQ y han disuelto clubes de alianzas gay-heterosexuales. En los distritos escolares del país, ha habido estudiantes que han atacado a sus compañeros de clase queer, mientras que múltiples legisladores estatales han presentado cientos de proyectos de ley anti-LGBTQ, muchos de los cuales buscan redefinir el lugar de los estudiantes gays, bisexuales, lesbianas, transgénero y queer en las escuelas de Estados Unidos.
[Biden emite una orden ejecutiva que expande las protecciones a las personas LGBTQ]
“Estas cosas no pueden ser tomadas como hechos aislados”, dijo Mary Emily O’Hara, gerente de respuesta rápida de GLAAD, el grupo de defensa LGBTQ, en una conferencia de prensa el lunes.
“Lo que estamos viendo aquí son grupos anti-LGBTQ, a nivel nacional, convirtiendo a las escuelas en el nuevo campo de batalla en todos los ámbitos, en varios tipos de políticas escolares y diversas formas de legislación”, agregó.
“En este momento, las escuelas son el objetivo del movimiento anti-LGBTQ”, señaló.
En la mayoría de los casos, funcionarios escolares, legisladores y padres conservadores dicen que los temas LGBTQ no pertenecen a la escuela porque son cuestiones “políticas” y “no apropiados para la edad” de los estudiantes. Por el contrario, los jóvenes queer y sus familias, junto con maestros LGBTQ y aliados, dicen que sienten que están siendo “borrados” del sistema educativo de Estados Unidos.
“No voy a volver al closet”
Jennifer Solomon, una madre de 50 años del sur de Florida, tiene cuatro hijos. Su hija mayor, Nicolette, de 28 años, es lesbiana y enseña cuarto grado en el condado de Miami-Dade. Su hijo menor, Cooper, de 11 años, se identifica como hombre, pero Solomon dijo que su “expresión es femenina”. Cooper “nunca quiso ser una niña”, explicó su madre, pero prefiere usar el uniforme de niñas de su escuela y disfruta vestirse como una princesa de cuento de hadas para divertirse.
“Una manera fácil de describirlo es que él es lo opuesto a una marimacho”, dijo a NBC News.
A pesar de lo mucho que trabaja para proteger a sus hijos, Solomon, quien dirige su capítulo local de PFLAG, un grupo de defensa de las familias LGBTQ, dijo que la gran cantidad de políticas escolares anti-LGBTQ le “quita el sueño”.
El gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, señaló el lunes que apoyaría una nueva legislación estatal, titulada Proyecto de Ley de Derechos de los Padres en la Educación, conocido como el proyecto de ley ‘No digas gay’, que prohibiría la discusión sobre sexualidad y identidad de género en las escuelas.
Hablando en un evento de noticias en Miami, DeSantis dijo que es “totalmente inapropiado” que los maestros tengan conversaciones con los estudiantes sobre la identidad de género, citando supuestos casos en los que les dicen a los niños, “No se preocupen, no elijan su género todavía” y en los cuales “esconden” a los padres que están dando lecciones sobre el tema en las aulas.
[Utah prohíbe la terapia de conversión para niños LGBTQ]
“¿Derechos de los padres? ¿Los derechos de cuáles padres? ¿Solo derechos de paternidad si estás criando a un niño según DeSantis?”, dijo Solomon, quien es gerente de enfermería en una compañía de atención médica. “DeSantis trata de pintar esta imagen de que cada familia es una mamá y un papá de la década de 1950, con dos hijos, un gato y un perro. Florida no es así; así no es como se ve el país”, remarcó.
En este momento, las escuelas son el objetivo del movimiento anti-LGBTQ”
Mary Emily O’Hara, vocera de glaad
“DeSantis ha encontrado un punto débil, y ese punto débil son los niños”, agregó, sugiriendo que el gobernador está apoyando la medida para obtener ganancias políticas.
Nicolette Solomon, quien es maestra, dijo que duda en mencionar a su esposa, y por defecto su sexualidad, en la escuela, pero cree que la aprobación del proyecto de ley ‘No digas gay’ sería “la gota que colmaría el vaso” y prometió renunciar si se convierte en ley.
“Si no puedo ser yo misma, siete horas al día, cinco días a la semana, entonces sería como volver al closet y no puedo hacer eso. No es bueno para mi propia salud mental”, dijo. “Y no creo que pueda soportar ver a los estudiantes luchar y querer preguntarme sobre estas cosas y luego tener que negarles ese conocimiento. Eso no es lo que soy como maestra”, indicó.
En menos de dos meses desde el comienzo del año, legisladores estatales conservadores han presentado más de 170 proyectos de ley anti-LGBTQ, superando ya el total de 139 del año pasado, al menos 69 de ellos centrados en políticas escolares, según Freedom for All Americans (Libertad para todos los estadounidenses). El grupo sin fines de lucro, que aboga por las protecciones contra la discriminación LGBTQ en todo el país, dijo en un correo electrónico que no rastreó los proyectos de ley de políticas escolares LGBTQ el año pasado, ya que no era una “tendencia radical” como lo es ahora.
[Un 40% de jóvenes LGBTQ en Estados Unidos consideró suicidarse en el último año, según una encuesta]
Tres estados, incluido el estado natal de Lyst, Tennessee, aprobaron proyectos de ley el año pasado que permiten a los padres excluir a los estudiantes de cualquier lección o curso que mencione la orientación sexual o la identidad de género, según GLSEN, un grupo de defensa que tiene como objetivo acabar con la discriminación LGBTQ en la educación.
Además del proyecto de ley ‘No digas gay’ que avanza en Florida, hay 15 proyectos de ley bajo consideración en ocho estados que silenciarían el discurso sobre las identidades LGBTQ en las aulas, según la organización sin fines de lucro PEN America, que promueve la libertad de expresión.
Estudiantes transgénero
Pero quizás la mayor tendencia en los proyectos de ley estatales dirigidos a los jóvenes LGBTQ son los que se enfocan en los estudiantes transgénero.
El año pasado, los legisladores en al menos 30 estados sopesaron legislación que prohibiría a los estudiantes trans competir en equipos deportivos escolares que se alinean con su identidad de género, según el grupo de defensa LGBTQ Human Rights Campaign. Nueve de esos estados promulgaron proyectos de ley. En lo que va del año, 27 estados han propuesto iniciativas similares, y Dakota del Sur promulgó su versión de la legislación este mes.
Si bien no está relacionado con la escuela, también ha habido una serie de proyectos de ley que buscan evitar que los jóvenes transgénero accedan a atención médica que afirme su género.
Al menos 20 estados han propuesto tales medidas desde principios de 2021, con dos estados, Arkansas y Tennessee, promulgando estos proyectos de ley. Sin embargo, un juez federal bloqueó temporalmente la ley de Arkansas en julio, después de que la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) presentó una demanda contra la normativa en tribunales en nombre de los jóvenes trans y sus familias.
[Estas son las impresiones de jóvenes y activistas de la comunidad LGBTQ tras el fallo de la Corte Suprema]
Cooper Solomon dijo que cree que los legisladores están impulsando una legislación anti-LGBTQ “porque nacieron en otro tiempo”.
“Supongo que en ese entonces, hace mucho tiempo, no aceptaron esto y pensaron que era realmente malo”, dijo el alumno de quinto grado. “Solo me gustaría que supieran que está bien ser así y que no lastimará a nadie”.
“Sentí que mi comunidad estaba bajo ataque”
Dejando a un lado la legislación, la gota que colmó el vaso para Jack Petocz, de 17 años, fue cuando su escuela secundaria en el condado de Flagler, Florida, eliminó un libro de memorias de un adulto joven que detallaba los desafíos de ser un niño negro y gay: “Todos los niños no son azules” de George M. Johnson.
En noviembre, un miembro de la junta escolar presentó una denuncia penal contra los funcionarios escolares por permitir que copias del libro, que ha sido impugnado en al menos 19 estados, permanezcan en dos de las escuelas secundarias del condado. La queja fue desestimada, pero el superintendente decidió mantener el libro fuera de los estantes hasta que se redacten nuevas políticas para dar a los padres más control sobre la colección de la biblioteca.
“Sentí que mi comunidad estaba bajo ataque, que estaban tratando de silenciar las experiencias y voces LGBTQ+ dentro de nuestra comunidad”, dijo Petocz, quien es gay y encabezó una protesta estudiantil en respuesta a la eliminación del libro. “Ya somos una minoría. ¿Por qué está tratando de suprimir esta información crítica dentro de nuestras bibliotecas? Estos libros son fundamentales para proporcionar un sentido de identidad”, indicó.
[Un refugio en México alberga a migrantes de la comunidad LGBTQ que huyen de sus países por homofobia]
Históricamente, los libros sobre raza, orientación sexual e identidad de género han sido cuestionados en las escuelas, pero en los últimos meses, las bibliotecas escolares han visto una oleada de oposición.
En el otoño, cuando las prohibiciones de libros comenzaron a aumentar en los condados de todo el país, algunos grupos nacionales, incluidos No Left Turn in Education y Moms for Liberty, comenzaron a circular listas de libros de la biblioteca escolar que, según dijeron, estaban “adoctrinando a los niños a una ideología peligrosa”.
Las prohibiciones luego se convirtieron en un tema de conversación en la polémica carrera por el gobernador de Virginia, donde el candidato republicano, Glenn Youngkin, un exejecutivo de inversiones de capital privado, hizo de la educación un tema central de su campaña y obtuvo la victoria.
La victoria de Youngkin llevó a otros políticos a abordar el tema, y los gobernadores de Texas y Carolina del Sur instaron a los funcionarios escolares estatales en noviembre a prohibir varios libros, calificándolos de “pornografía” y contenido “obsceno”.
Los miembros de la junta escolar en el condado de Spotsylvania de Virginia llegaron a los titulares nacionales después de pedir que se incineren los libros LGBTQ con material “sexualmente explícito”.
Deborah Caldwell-Stone, directora de la Oficina para la Libertad Intelectual de la Asociación Estadounidense de Bibliotecas, dijo en noviembre que si bien los desafíos a los libros con contenido LGBTQ y relacionado con la raza han sido históricamente “constantes”, la asociación ha visto recientemente un aumento “escalofriante”.
[Cada vez más personas se identifican como LGBTQ en Estados Unidos, con un impulso de la generación GenZ]
“He trabajado en ALA durante dos décadas y nunca había visto este volumen de desafíos”, dijo. “El impacto recaerá en aquellos estudiantes que desean y necesitan desesperadamente libros que reflejen sus vidas, que respondan preguntas sobre su identidad, sobre sus experiencias que siempre necesitan desesperadamente y que a menudo sienten que no pueden hablar con los adultos”.
Para contrarrestar las prohibiciones de libros LGBTQ, y las prohibiciones escolares de textos relacionados con la raza, un grupo de más de 600 escritores, incluida la autora de éxito de ventas para niños Judy Blume; editores; propietarios de librerías; y los grupos de defensa firmaron una declaración conjunta en diciembre condenando la tendencia, argumentando que “amenaza la educación de los niños de Estados Unidos”.
Estableciendo un ‘tono diferente’
Si bien los proyectos de ley estatales y las prohibiciones de libros han atraído la mayor atención de los medios, los defensores dicen que hay otras tendencias preocupantes que se suman a la angustia que sienten muchos estudiantes queer: eliminación de las banderas del Orgullo y otros símbolos de afirmación LGBTQ de las aulas, disolución de alianzas de clubes gay y heterosexuales, y renuncias de maestros en protesta por las políticas anti-LGBTQ.
En el otoño, por ejemplo, se ordenó arrancar calcomanías de arcoíris de las puertas de las aulas en la escuela secundaria MacArthur, cerca de Dallas.
“Si bien apreciamos el sentimiento de llegar a los estudiantes que no tenían ese apoyo antes, queremos establecer un tono diferente este año”, decía un correo electrónico de un funcionario escolar, que obtuvo NBC News gracias a un maestro de la secundaria MacArthur.
[Recursos destacados para personas de la comunidad LGBTQ+, sus familias y aliados]
Eliminar las calcomanías provocó una protesta de los estudiantes, pero el rechazo no logró que los funcionarios escolares cambiaran su postura sobre dicha política.
Los miembros de la junta escolar en Newberg, Oregón, llegaron a los titulares nacionales en el otoño por tomar medidas similares. En septiembre, la junta escolar prohibió a los educadores exhibir en la escuela banderas de Pride y Black Lives Matter (Las vidas negras importan) y otros símbolos que consideraba “políticos”.
“No les pagamos a nuestros maestros para que impongan sus puntos de vista políticos en nuestros estudiantes. Ese no es su lugar”, dijo el miembro de la junta escolar que redactó la orden, Brian Shannon, en una reunión que fue grabada.
La medida provocó protestas en la ciudad que atrajeron a varios miembros de Proud Boys, un grupo de extrema derecha que ha respaldado la violencia, quienes se manifestaron a favor de la junta escolar. El mes pasado fracasó un intento para destituir a Shannon y a otro miembro de la junta escolar por la remoción de banderas.
Algunos docentes han renunciado en otros distritos escolares por medidas similares, como un maestro de Missouri que renunció en septiembre después de que su distrito le ordenó quitar la bandera del Orgullo y no hablar sobre la sexualidad humana o la “preferencia sexual” en la escuela. En diciembre, los padres acusaron a los maestros de una escuela secundaria en Tennessee de querer “adoctrinar” a los niños para que sienten atracción por su mismo sexo, por ayudar a los estudiantes a iniciar un club de alianza gay-heterosexual.
[Un multimillonario de Utah deja la iglesia mormona y dona 600,000 dólares a un grupo LGBTQ]
Además de padres, funcionarios escolares y legisladores, algunos compañeros de clase se encuentran entre los quienes atacan a los estudiantes LGBTQ, según señalan los grupos de defensa y las noticias locales.
Una encuesta nacional de estudiantes LGBTQ publicada en 2020 por GLSEN, encontró que el 69 % de los encuestados informaron haber sufrido acoso verbal en la escuela debido a su orientación sexual, el 57 % sufrió por su expresión de género o apariencia externa y el 54 % por su identidad de género.
El año pasado, más de una docena de noticias locales, desde California hasta Florida, informaron sobre estudiantes trans acosados o atacados por otros estudiantes, algunos de ellos en los baños. Pero, los activistas dicen que no está claro si los ataques han aumentado o si es que la prensa ha estado más atenta a informar sobre ellos.
Impacto de la afirmación
Los defensores han estado advirtiendo durante mucho tiempo a los educadores sobre los riesgos para la salud mental que afectan a los jóvenes LGBTQ y cómo las políticas anti-LGBTQ pueden exacerbarlos.
Una encuesta realizada el año pasado por The Trevor Project, una organización que intenta prevenir del suicidio de jóvenes LGBTQ, encontró que el 42% de los casi 35,000 jóvenes LGBTQ que fueron encuestados, y más de la mitad de los jóvenes trans y no binarios que respondieron, pensaron seriamente en el suicidio en el año anterior. Aparte, dos tercios de los jóvenes LGBTQ dijeron que los debates sobre la legislación anti-trans han tenido un impacto negativo en su salud mental, según otra encuesta que realizó The Trevor Project en el otoño.
[Virginia se convierte en el vigésimo estado en prohibir la terapia de conversión para menores LGBTQ]
Sin embargo, los investigadores de The Trevor Project también descubrieron que los jóvenes LGBTQ que informaron tener al menos un espacio de afirmación LGBTQ, como la escuela, el hogar o un lugar de trabajo, tenían bastante menos probabilidades de intentar suicidarse.
Con eso en mente, Lizette Trujillo conduce tres horas al día, de ida y vuelta, a la escuela de su hijo transgénero de 14 años en Tucson, Arizona. Desde el momento en que hizo la transición social en 2015, la escuela de Daniel estuvo abierta a la idea de dejarlo usar el baño que correspondía con su identidad de género, que no era un hecho común en Arizona, y ya tenía experiencia enseñando a jóvenes trans.
Trujillo dijo que si bien el viaje diario “no está exento de desafíos”, enviar a Daniel a una escuela donde “no se le considera ‘otro” lo ha hecho más feliz.
“La mayor diferencia en mi escuela es que tengo el apoyo de todos mis maestros, el director y el personal; Tengo acceso a deportes y baños”, dijo Daniel. “Facilita el aprendizaje”.
También le dejó espacio a su madre para enfocarse en asegurarle a su hijo atención médica de afirmación de género, solicitar nuevos documentos de identificación y superar las dificultades emocionales.
“Lo que la gente no se da cuenta es que no solo estás preocupado por la escuela cuando tu hijo hace la transición social”, dijo Trujillo. “A medida que comienzas este viaje de género, comienzas a chocar con las paredes y dices: ‘Oh, no sabía que necesitaba eso’ o ‘No esperaba que iba a ser un problema. No me di cuenta de que íbamos a perder a la familia’”.
En respuesta a la gran cantidad de desafíos que afectan a los estudiantes y maestros LGBTQ, el presidente, Joe Biden, prometió brindar su apoyo. A principios de este mes, la Casa Blanca censuró el proyecto de ley ‘No digas gay’ de Florida, al tiempo que conectaba la legislación con las disputas que ocurren a nivel nacional.
“No se equivoquen, esta no es una acción aislada. En todo el país, estamos viendo que los líderes republicanos toman medidas para regular lo que los estudiantes pueden o no leer, lo que pueden o no aprender y, lo que es más preocupante, quiénes pueden o no ser”, dijo un portavoz de la Casa Blanca en un comunicado a NBC News. “Esto es política en su peor expresión, utilizando cínicamente a nuestros estudiantes como peones en la guerra política”.
Una lucha por “sus derechos básicos”
Hay una serie de ejemplos en Estados Unidos de estudiantes que se vuelven proactivos y logran cambiar las políticas anti-LGBTQ.
Aaryan Rawal, de 17 años, fue uno de los más de 400 estudiantes del condado de Fairfax, Virginia, que instaron con éxito a las autoridades escolares a restablecer dos libros LGBTQ en noviembre. Rawal, que es gay, dijo que se sintió aliviado cuando los miembros de la junta escolar prestaron atención a las demandas de los estudiantes, pero lamentó que los esfuerzos de organización lo obligaron a faltar a clases y perder el sueño.
[Cerca de 1 de cada 5 adultos jóvenes asegura que no es heterosexual, según una encuesta global]
“Ningún estudiante en ningún condado de este país quiere ir a la escuela a luchar por sus derechos básicos”, dijo Rawal. “En lugar de hacer la tarea de estadística o salir con amigos, se esperaba que fuéramos a las reuniones de la junta escolar y presionáramos a los miembros de la junta escolar por cosas que realmente no deberían ser objeto de debate”.
El mes pasado, un grupo de estudiantes en Palm Beach, Florida, se reunió con el superintendente recién contratado para describir su experiencia como LGBTQ en las escuelas de su condado. Uno por uno, contaron historias de acoso y agresión por parte de estudiantes e intimidación por parte de maestros, según dos estudiantes que asistieron a la reunión.
“Los estudiantes adquieren una conciencia colectiva de que, ‘la escuela apesta y, como soy LGBT, esto es de esperarse’, y eso no es normal”, dijo Marcel Whyne, un estudiante de secundaria no binario que asistió a la reunión. “Ese no debería ser el estándar que tenemos para los niños LGBT”, dijo Whyne.
En cuanto a Spencer Lyst, de Tennessee, él se propuso iniciar el club Pride de su escuela secundaria, Indy Pride, el otoño pasado, con el objetivo de difundir la conciencia sobre la comunidad LGBTQ de la escuela y proporcionar “un lugar para las personas que sientan que no tienen un espacio”. Si bien ser abucheado por adultos en el baile de bienvenida de su escuela fue una experiencia “difícil”, dijo que no se deja intimidar.
“La gente debe saber que no importa qué proyecto de ley intenten aprobar o qué libro intenten prohibir o que intenten prohibir que los maestros o estudiantes hablen en las escuelas, eso no cambia quiénes son las personas y no cambia lo que vamos a seguir siendo”, dijo Lyst.
“Entonces, tratar de tomar una ruta legal para ‘proteger a sus hijos’ no funciona. Ellos son quienes son, y si no puedes aceptar eso, tal vez seas tú quien tenga trabajo que hacer”, dijo.